COTÓN DE TULÉAR
La historia del Cotón de Tuléar se encuentra rodeada de misterio y de una vida exótica y romántica.
Esta raza es una aventurera que posiblemente inicio su camino desde el centro de Asia viajando en las caravanas comerciales de aquellos tiempos y terminando en la zona del mar Mediterráneo.
Este perro pequeño blanco era conocido en la antigüedad como “Meletei” y se supone que viene dado por la antigua ciudad siciliana de Melita.
Cuando cayo el Imperio Romano, el Cotón de Túlear se emparejó con otras razas similares que se encontraban en aquel país.
Se dice que las razas que conocemos hoy en día de la familia del Bichón como son el Bichón Frise, Boloñes, Habanés, Maltés, Cotón de Tulear y el Löchen proceden de la región de Italia.
Posteriormente, cada raza llevó su propio camino a través de los buques comerciales. Uno de estos ejemplares fue llevado a las Islas Canarias, concretamente a la isla de Tenerife por los navegantes españoles para acabar convirtiéndose en el Bichón de Tenerife, en la actualidad extinta la raza.
En el siglo XV algunos marineros y posiblemente piratas, llevaron el Bichón de Tenerife a las Islas Mauricio donde precisamente en la isla de Madagascar se cruzaron con los perros locales.
Estos nuevos perros pequeños fueron muy reconocidos en la región de Tuléar (hoy llamada Toliara) por lo que se empezó a llamar Cotón (algodón) en referencia al tacto de su pelo, de Tuléar (región al sudoeste de la Isla de Madagascar).
Existe una leyenda de esta raza donde se cuenta que durante una tormenta violenta ocurrida cerca de la bahía de Túlear hubo un gran naufragio donde perecieron todos los tripulantes de los barcos.
Tan solo los Cotón de Túlear que se encontraban dentro de aquellos barcos fueron los únicos supervivientes y ello fue gracias a su pelaje de “algodón” que les mantuvo a flote y pudieron llegar nadando a la bahía.
Durante los años en que la Isla de Madagascar fue una colonia francesa, el Cotón de Túlear fue una de las razas de perros más preferidas por la aristocracia y realeza de los franceses colonos.
Cuando la Isla se independizó (1960), los franceses repatriados se llevaron a sus Cotónes de Túlear consigo a su país cosechando rápidamente una gran fama entre los franceses por su belleza.
Se tuvo que esperar hasta el año 1970 para que la Federación Canina Internacional pudiera registrar la raza como independiente de los demás bichones.
MORFOLOGÍA COTÓN DE TULÉAR
Lo primero que nos llama la atención del Cotón de Tuléar es su singular pelaje largo, blanco y de una textura algodonada que le da proporciona una imagen de peluche.
Según su estándar Internacional (FCI) esta raza debería ser;
- Cabeza: Más bien pequeña, vista desde arriba tiene una forma triangular y levemente abombada. El Stop (depresión naso-frontal) poco definida. El hocico es pequeño y recto con una trufa de color negra, aunque también se acepta de color castaño.
- Mandíbula: Son pequeñas con una mordida en forma de tijera (al cerrar la boca los dientes de abajo descansan en la parte inferior de los de arriba).
- Ojos: Son de forma redonda y de un color oscuro.
- Orejas: De inserción alta y forma triangular, son colgantes cubiertas de un espeso pelo blanco y pegadas a la mejilla.
- Cuerpo: Deberá ser más alto que largo en una proporción de 2:3. Visto desde arriba la línea superior es levemente convexa con una espalda firme y un lomo bien musculado.
- Cola: De inserción baja en eje con la columna vertebral. Cuando el perro se encuentra tranquilo desciende hacia debajo del corvejón. En movimiento o en estado de alerta, se presenta encorvada por encima de la espalda.
- Altura: La altura a la cruz ideal sería para los machos entre los 26-28 cm y en las hembras entre 23-25 cm. Se pueden tolerar 2 cm para el tamaño superior y 1 cm para el tamaño inferior.
- Peso: En los machos desde los 4 kg, hasta un máximo de 6 kg. En las hembras desde los 3,5 kg hasta un máximo de 5 kg.
- Pelo: El pelo deberá ser abundante, espeso, y se permite que sea levemente ondulado. Al tacto es suave, libre y algodonoso (característica típica de esta raza), nunca podrá ser ni áspero ni duro.
- Color Pelaje: El color es solamente blanco, si bien, se aceptan rastros de color gris claro o de color rojo roano alrededor de las orejas.
CARÁCTER COTÓN DE TULÉAR
Si la primera impresión que sacamos de esta raza es la de fascinarnos, espera a conocerlo, seguramente te acabará enamorando.
Aparte de su indudable belleza física el Cotón de Tuléar es un raza que enamora por su personalidad alegre y juguetona que se asemeja a la de un “payaso”. Son perfectos para cualquier tipo de ambiente, se adaptan sin ningún problema al hábitat que le proporcionemos.
Con los niños, es puro amor lo que siente hacia ellos y querrá en todo momento poder participar en sus juegos siempre y cuando lo traten con cariño y respeto ya que si no fuese así rehuiría de su presencia.
Son perros peqeueño muy inteligentes y aprenden rápidamente las ordenes que les demos, pero en ocasiones esa gran inteligencia puede volverse contra nosotros mismos ya que aprenderán la forma de poder chantajearnos para conseguir sus propósitos.
Por lo tanto, no debemos consentir comportamientos inadecuados desde un principio ya que posteriormente en edad adulta serán más difíciles de radicar.
El Cotón de Tuléar cuando se encuentra en su hogar es un perro con un marcado instinto de alerta y muy territorial por lo que ante cualquier ruido imprevisto o la presencia de un extraño se mostrara bastante ladrador.
Este instinto en algunas ocasiones puede ser demasiado desarrollada por lo que tendremos que enseñarle desde cachorro a controlarlo.
No suelen tener problemas con otros perros, pero para una correcta socialización deberemos una vez se encuentre al corriente de todas sus vacunas, exponerlo gradualmente a los diferentes estímulos tanto sonoros como visuales, así también como al contacto con personas extrañas y otros perros para obtener de esta manera en el futuro un perro sin problemas de conducta.
CUIDADOS Y SALUD DEL COTÓN DE TULÉAR
El Cotón de Túlear por lo general y siempre que se encuentre al corriente de todas sus vacunas, es una raza de perro bastante saludable. No obstante, al igual que ocurre como en otras razas, estas no se encuentran libres de las posibles enfermedades que pudieran surgir de origen hereditario.
Para evitar dentro de todo lo posible la propagación de este tipo de enfermedades transmitidas por los padres como pudieran ser la displasia de cadera, luxación de rótula, hipotiroidismo o defectos hereditarios de los ojos entre otras.
Es recomendable que solicitemos al propietario del criadero o al futuro vendedor, el historial clínico de los padres de nuestro futuro cachorro de Cotón de Tuléar para que de esta forma podamos comprobar que se encuentran libres de todas las enfermedades que se puedan ser transmitidas genéticamente a sus descendientes y en este caso a nuestro cachorro.
Nos podemos encontrar con algunas enfermedades hereditarias que no se manifiestan hasta que el perro llegue a tener plena madurez, soliendo ocurrir alrededor de los dos años de edad.
Por lo tanto, no sería aconsejable que se utilizaran perros pequeños para engendrar cachorros que no alcancen dicha madurez ya que se podría estar transmitiendo alguna enfermedad hereditaria a sus descendientes sin tener constancia de ello.
En cuanto a los cuidados del pelo, en el Cotón de Tuléar debería bastar con un simple cepillado diario para mantener su pelo limpio y suelto.
Si tuviese el pelo enredado y/o con nudos nos podríamos valer para ello de un spray desenredante para eliminarlos.
Sería aconsejable que por lo general pudiésemos llevar a nuestro perro cada tres meses a la peluquería canina para un saneamiento del pelo y un corte profesional.
La esperanza de vida del Cotón de Tuléar suele encontrarse entre los 14 a 16 años, aunque es indudable que teniendo una vida placentera y gozando de una excelente salud, seguramente superaran holgadamente dicha edad.
TAMBIÉN PODRÍAN INTERESARTE
Deja una respuesta